divendres, 5 de setembre del 2014

Vista desde la ventana inventada por Javier Diez


Hace mucho tiempo que Nicaragua no aparece en los noticieros. Desde que, en 1.990, Violeta Chamorro llegó al poder dando carpetazo a diez años de gobierno revolucionario, es difícil encontrar en los telediarios a este pequeño país centroamericano sin la mediación indeseada de algún desastre natural.
Aquel año, 1.990, marcó el final de muchas cosas. Entre ellas, de una guerra que, impuesta por Estados Unidos, mantuvo a la mayor parte de la población como rehén de los intereses económicos y, en especial, geoestratégicos, del gran hermano norteño. Para que cesara la agresión contra su pueblo, uno de los más pobres del continente, los nicaragüenses hubieron de renunciar a la construcción de una utopía. Debieron renunciar a un sueño que, desde la distancia, ni llegábamos a imaginar. Y, como parte fundamental, debieron renunciar al sueño de  acabar con el analfabetismo de su país.

Ministros de educación quemando libros de texto en piras públicas se encargaron de dejar claro que, en adelante, la enseñanza seguiría las pautas marcadas por los países occidentales. Saber leer y, como corolario, ser capaz de aprender y desarrollarse como sujeto social y económico, fue transformándose con el tiempo en un privilegio vedado a los más empobrecidos, a las familias rurales, a las minorías étnicas. Los sueños esbozados durante la gran cruzada nacional de alfabetización que, en 1.980, enseñó las letras a más de cuatrocientos mil analfabetos, quedaban muy lejos.
            En este contexto hostil nace la Asociación de Educación Popular Carlos Fonseca Amador, un empeño por poner a salvo esa pedagogía que, durante una década, recorrió cada rincón de Nicaragua buscando en los bohíos, en los ranchitos, en las ciudades, a quienes la dictadura de Somoza negó la alfabetización, para enamorarlo, para convencerlo de la necesidad de aprender a leer y escribir. Algo que, como sus propios fundadores intuyeron acertadamente, los gobiernos liberales no tenían intención alguna de hacer.
            Desde entonces, desde 1.990, la AEPCFA ha venido creando colectivos de educación popular, pequeñas aulas sin paredes donde jóvenes voluntarios y, en especial, voluntarias, dan clase a sus vecinos iletrados, en muchísimos rincones del país. La Palma Africana, San Francisco Libre, Diriomito, Nandasmo, Niquinohomo, Palacagüina, Bonanza, Waspam y otros muchos municipios han sido destino de sus pedagogos, formados durante diez años de trabajo en tiempo de guerra, y fogueados durante veinte años de paz nominativa. Todo ello sin el paraguas del gobierno, sin subvenciones de  ninguna clase. Sólo gracias al tesón de media docena de maestros, el trabajo voluntario de cientos de universitarios y estudiantes de secundaria, y algo, poco de solidaridad internacional.
Los protagonistas de esa labor titánica y quienes, desde la distancia y con más bien poca eficacia, hemos intentado ayudar, no queremos que la historia de esta lucha desigual contra un enemigo cada día más poderoso, caiga en el olvido. De ahí nace la necesidad de escribir, publicar y, sobre todo, difundir EL SUEÑO QUE FUE, un relato sobre la alfabetización en Nicaragua. 

Desde aquí os pido ayuda para llevar este proyecto a buen puerto. Para quienes no conozcáis el micromecenazgo, os invito a visitar la web de Verkami, desde donde podéis colaborar con un montón de proyectos que no cuentan con más ayuda que la solidaridad de los internautas. Ahí ha colgado AEPCFA el proyecto de edición de este relato, y ahí podéis hacer las aportaciones que creáis oportunas. Sabed que esta ayuda que, a partir de 15 euros, podéis ofrecer, no es un cheque en blanco. Donando 15 euros recibiréis un ejemplar del libro firmado por sus autores, lo que es más o menos el precio normal de un libro. De ahí en adelante el abanico se amplía. 

El enlace al proyecto es http://www.verkami.com/projects/9173. Pasaos a echar un vistazo y, si os parece bien, a echar un cable. Y si queréis más información, en mi web personal hay un apartado titulado Libros Gratis donde, además de información sobre la labor de AEPCFA, que conozco de primera mano desde hace muchos años, os ofrezco la posibilidad de descargaros gratis un libro con relatos inspirados y ambientados en Nicaragua. Para ir entrando en calor. 

Bueno. Gracias por aguantar esta chapa. Gracias por vuestras visitas, que seguro llegarán, y hasta cuando queráis.