Ecuador se ha convertido, desde el martes 8 de septiembre, en la sexta nación de América Latina en ser declarada oficialmente "patria alfabetizada". Este logro se ha alcanzado gracias a un programa impulsado por el presidente, Rafael Correa. Su resultado no ha podido ser más positivo: en tan sólo dos años ha conseguido reducir el analfabetismo de un 9,3% a un 2,7% de la población.
Bajo el lema "el grito del saber", Correa prometió el 10 de agosto de 2007 erradicar el analfabetismo del país para el mismo día de 2009, coincidiendo con el 200 aniversario del grito de independencia de Ecuador y, aunque no sea exactamente la fecha prometida, ha cumplido su objetivo.
Se trata de un "extraordinario esfuerzo" del Estado cuyo fin era "garantizar el derecho a la educación de la población que no ha podido acceder al sistema educativo regular", ha celebrado el director nacional de Educación, Teodoro Barros.
En agosto de 2007 se calculaba que el 9% de población ecuatoriana, cerca de 750.000 personas, eran analfabetas y 1,7 millones no habían terminado la educación básica. Gracias al programa educativo, en el que se ha invertido 15 millones de dólares, se ha alfabetizado a unas 420.000 ecuatorianos.
En provincias como Bolívar, Chimborazo, Cotopaxi o Manabí, la tasa de personas analfabetas alcanzaba el 19% al principio de la campaña, explica Mery Gavilanes, directora nacional de Educación Popular del Ministerio de Educación ecuatoriano.
Bajo el nombre de "Programa de educación básica para jóvenes y adultos", el proyecto se ha basado en un sistema en el que no sólo participaban profesores, sino que los propios estudiantes han adoptado un papel fundamental para conseguir llevar adelante la campaña.
Cerca de 190.000 alumnos de secundaria han alfabetizado al menos a diez personas cada uno, como parte de su formación académica, convirtiéndose en un requisito indispensable para obtener su graduado en el bachillerato. Asimismo, el Gobierno ha contratado a 12.000 alfabetizadores para trabajar en las áreas rurales.
Tal y como ha explicado Gavilanes, el programa se ha dividido en cinco grupos para conseguir una mayor eficacia: Manuela Sáenz, para la población mestiza; Dolores Cacuango, dirigido a comunidades indígenas y campesinas; Voluntad, especializado en reclusos; Cordón fronterizo, para las personas que habitan en ese sector, y de Capacidades diferentes, para discapacitados.
El proyecto se mantendrá hasta 2012, ha aclarado Teodoro Barros, y se pretende continuar "con todo lo que es la educación básica".
Fuente: TeleSur y Diario Público, España. | 9 septiembre del 2009
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